El cielo pesado como nunca,
cae y es uno con el asfalto.
Los edificios se evaden
y todo es gris.
Gris que se multiplica
en los muchos espejismos
que forman este desierto.
Ya poco importan las cosechas,
ricas en frutos
de siembras pretéritas.
Siempre falta algo,
nunca es suficiente.
Debo estar vivo.
1 comentario:
tranquilo, loco, nunca sabemos bien cuál es(conde) cuál, no?... la sonrisa siempre es el toque de color.
besos y pantuflas de Marriot
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