jueves, 13 de octubre de 2011

Fotosíntesis

Respirar
     Respirarte
          Respirarnos

Estar
    Sin Pensar
              Vegetar

-Personas, máquinas y ruidos-

Afuera pasa todo
lo que no importa
y
acá
dejar la cama es morir.

Al respirarte,
al respirar,
te
encontré.

jueves, 25 de agosto de 2011

Atlántico

En lo alto,
en lo que fue restinga
crustáceos milenarios
perduran cual dioses.

En lo bajo,
nuestras pisadas
hunden el canto rodado,
nos representan mudas
y se las lleva el mar.

El mar,
ese espejo primigenio,
eterno vaivén
adonde inevitables
tendremos que volver.

lunes, 22 de agosto de 2011

Ignorante felicidad

Nunca había visto una mujer así. Eso y la violenta persecución lo excitaron en demasía. Cuando logró alcanzarla, su perfume dulce lo invitó a tocarla y abrazarla. No se conmovió en lo absoluto con los desgarradores gritos y el llanto. No conocía su significado.
La apretó con tal fuerza que los huesos se quebraron como finas ramas secas y ni siquiera le dio tiempo para morir asfixiada.
Sintió aumentar el peso del cuerpo y dejo que se deslizara entre sus brazos hacia el piso. La miraba atónito. Tocaba la piel, la nariz, los senos, la panza. Le parecían muy suaves. Enganchó el labio inferior con una garra y se maravilló con el brillo de unos dientes que comparó con la luna. Se acostó sobre ella para sentirla mejor, con todo el cuerpo, pero era tan pesado y grande que terminó triturando todo lo duro que quedaba dentro del cadáver. Las vísceras comenzaron a brotar por la boca como un vómito de tonos verdes, rojos y grisáceos. Él no distinguía los colores. Se levantó y comenzó a enrollar el cuerpo desde los pies a la cabeza, cómo hacemos nosotros con los pomos de dentífrico cuando se van vaciando. Los pedacitos de hueso triturado mezclados con el relleno multicolor quedaron todos esparcidos por el pasto y del cuerpo sólo quedo la piel, simulando un disfraz de humano. La cargó sobre su hombro y volvió feliz a su casa mientras decidía entre usarla de alfombra o colgarla en la pared como un raro trofeo.

jueves, 4 de agosto de 2011

Q&A


"Yo soy demasiado curioso, demasiado cuestionable, demasiado petulante, para dejar que me agrade una burda respuesta".F.Nietzche, ECCE HOMO.

El 39 pasa por delante de una iglesia.
Los de la fila individual se persignan al unísono.
Parecen coreografiados.
(Me) parecen automatizados.
Parecen, también, haber aprehendido La respuesta.
Luego, su piso es duro, no tiembla.
Al menos no por vientos vanos, humanos, racionales.
Creo.
A veces (pocas),
los envidio.

martes, 26 de julio de 2011

#Freedom

Fue el mismo momento

aquél en el que abandoné mis vuelos
para buscar sus límites,


el mismo por el cual


encontré su esencia


(presencia)


y perdí la mía.

Fue consecuencia inevitable


por la historia,
por mi historia,

hallar fracasos ajenos,
para olvidar los propios


(aunque sea prematuro
juzgar a ambos).

Renegar de ellos,
de los molinos de viento.
Dejar de renegar y
rendirse.

Somos libres,
nos dicen.


Sos libre,
te dicen.


Y no.


Te digo.

Punch

De golpe,
marcas en la cara
que reflejan el paso del tiempo
(tan poco, tan violento).

De golpe,
otras huellas
(que no se ven)
afloran, a veces en palabras
sin reflejar como se sienten,
ni como duelen.
Están ahí,
para los otros
(las primeras)
o para mí
(las segundas),
si me miro al espejo.

De golpe,
un caudal de mentiras
que despiertan mi ira.
Y me hacen hablar.

De golpe,
las consecuencias
(extensas)
de esas palabras.
Me sorprenden.
Me dan miedo.
Me enaltecen
(por aquellos que amenazan).
Pero ante todo,
me dan miedo.

Como de tantas cosas
ya no se si me animo
a morir por mis ideas.

martes, 5 de julio de 2011

Previsiones (Tomás II)

No podía sacarse de la cabeza la imagen de esas horribles plantas de plástico que estaban en la entrada de la galería. Quieto pero vivo, Tomás estaba al lado de Ana, sonriendo a la fuerza entre muchas otras personas que parecían conocerla más que él. ¿Valía la pena soportar todo eso? 
Las manos en los bolsillos ya estaban muy transpiradas y la idea de dejarlas libres sin la posibilidad de sostener un vaso o un cigarrillo lo estaba poniendo aún más nervioso así que salió hacía el balcón con la excusa expresa de un trago y la excusa tácita de un cigarrillo.

Trataba de convencerse pensando que si estaba ahí por algo era. Sintió lástima de si mismo por ser tan primitivamente hombre e intentó descifrar algo más mirándola tras el vidrio.
Es bellísima, seguro la más bella que logré conquistar, se dijo mientras recordaba a las co-protagonistas de sus romances anteriores. Buscó en esas imágenes hasta llegar a la estúpida y cobarde conclusión de que todo tiempo pasado fue mejor. Se sorprendió al encontrar en su cabeza a una rubia de ojos claros que lo dejó un verano, y la disfrutó sólo porque sabía que ya no estaba. 
Volvió a mirar a Ana. Sus amigos, aduladores de ocasión, festejando el momento y ella ahí, sonriendo de verdad. Tenía razones para ser feliz. Tomás se vio de todo menos impulsor de esa alegría. Sus trucos de conquista, sus virtudes, no tenían mucho más para sorprenderla. El sólo hecho de pensar en un plan para hacer el fin de semana o en seguir buscando palabras de aliento para su arte lo fatigaba. El dolor sería pasajero igual que su presencia. Seguro que se arrepentiría en el instante en que llegara a su departamento. Pero dejó el trago. Y la dejó.  

Desvanece

Titila el cursor,

simple metáfora de una compleja existencia.

Cierro los ojos imaginándote,

queriendo ser eso,

y siendo esta nada

escribiendo

te

escribo

para

no perder

me

perder

te

con el deseo de

que

esto cambie.

Con fe en

que

Va a aclarar,

cuando encuentre una canción más triste

y te sienta en mis manos.

Como si estuvieras.

Como si existieras.

Vas a aclarar,

cuando deje esa idea

cuando te encuentre otro envase.

Como si no estuvieras.

Como si no hubieras existido.

El Artista

Pequeña y maligna obra
que ha montado tanta veces,
justificándose altruista, el artista.

One hit wonder, ya ni sabe
para que seguir tocando
la misma canción de siempre,
si los aplausos son vacíos,
ajenos a la gracia pretérita.

Perdió (entre otras cosas) la fe
en su capacidad de creación
y de búsqueda.

Piensa que el mundo ya no lo inspirará.

Pero en algún lugar cercano
o remoto,
yace otra opción quizás mejor,
sin duda distinta.

No lo hagas de nuevo,
no la toques más.
Cada vez que suenan
esos acordes viejos,
tu esencia bella se evapora
un poco más.

Reborn

Intento buscar fuertes razones que fundamenten este regreso (cómo si alguien lo exigiera) pero de antemano alegaré que, como bien saben los que me conocen, hay en mi una esencia panquequera (?). Busqué nuevas locaciones para expresar algo que en su momento aparentaba decir algo distinto pero que básicamente sigue diciendo lo mismo. Será un pozo, será mi inevitable verdad, será lo que sea pero siento, sigue siendo lo mismo. Mudar de casa con los mismos muebles puede ser divertido para algunos más no para mí. Me parece, es un trabajo al pedo. Entonces estas ideas que siguen viejas y conocidas, no serán por eso menos queribles. Hasta que se agoten, hasta que se aburran, hasta el hartazgo de quien las hace nacer y de quién osa leer, hasta que evolucionen o definitivamente sean otra cosa este sera su hogar.

domingo, 2 de enero de 2011

Fin (Que no fué).

Hoy es domingo.

Un domingo hace 4 años, arranqué este blog para fomentar y mantener unas ansias de escriba que en aquel entonces no sabía bien que eran. Todavía no se bien que son, pero hay veces que escribir me alivia el alma. Otras veces es un mero ejercicio, también suele aclararme las ideas o simplemente funciona como medio para plasmarlas.
La Muzza fue hasta hoy el continente multiforme de todo aquello y más, fue un poco ficción y un poco realidad. Fue un poco yo y un poco un montón de otras personas y de cosas.
Digo fue, porque hasta acá llego su mutación y su capacidad de almacenamiento, aunque siento que seguirá siendo, manteniendo su esencia pero en otra forma, ya no más esta que tuvo hasta hoy. Por eso no me animo a borrarla del ciberespacio, para dejarla ser una huella que anda a saber a quién le puede llegar y como va a ser interpretada, no lo sé.
Me divierte la idea de pensarla como un mensaje en una botella arrojada al mar.

A muchas personas el domingo les parece una garcha.

Para mí el domingo es uno de los mejores días de la semana.

Hoy es domingo.

viernes, 31 de diciembre de 2010

TEMPUS FUGIT (pero...)

Plazos delimitados por antiguos
configuran unidades,
enaltecen sentimientos y
adjetivan vínculos,
los fortalecen, y caracterizan.

Afán por la fría medida,
cómo si profundizara
(algo más de)
lo que ya es per se;

cómo si 
no estuviésemos despiertos 
(lo suficiente)
para darnos cuenta que 
tantas veces 
un instante fue la clave;
para darnos cuenta que
un momento justificó
tantas relaciones en eterno declive.

Miradas, palabras, caricias y besos
sin fecha de vencimiento
para nosotros,
para la historia,
para siempre
(si hay algo para siempre).

Mientras yo viva y
esté despierto,
ahí estarán.

viernes, 15 de octubre de 2010

Tomás


Quedó sólo en el bar. Los dueños cerraron con llave y dejaron una tenue luz encendida.
La rocola seguiría pasando viejos discos de Gershwin hasta que la botella dorada se acabara (cómo ya se habían acabado los hielos) y así no habría más que beber, no habría más excusas para dejar de pensar en ella y en la desproporción que existía entre el inconmensurable tiempo y su escueta presencia.
En todas esas personas que pese a los años de antigüedad seguirían siendo extras en la película de su vida, y en el protagonismo inmediato que adquirió un primer beso que sin esfuerzo logró distinguirse entre tantos otros cuyas expectativas había aprendido a conformar cómo un camaleónico impostor.
En la histeria hormonal en la que se sumergía su cuerpo ante su delgada, filosa y casi punzante presencia de daga hecha mujer con huesos que pinchaban, por tetas que eran gotas afrancesadas que lastimaban sus sentidos y en esas lluvias hirientes que ya no disfrutaba tanto.
En haberla elegido para abandonar planes con destino acolchado y simple, con programas que aseguraban mas caricias que golpes.
En volver a luchar como hace tanto no luchaba (si es que alguna vez luchó por algo).
En contradecirse cuando dijo que por amor jamás habría de mendigar.
En la angustia de Kierkegaard que tanto leyó y creyó experimentar, con la que sólo tan cómodo estaba.
En eso tan nimio que sentía lo acercaba a su humanidad elegida, entre tantas cosas que querían imponerle, entre el espectro de temas banales que estaba cansado de discutir con aquellos con los que discutía, amigos, y un concepto de amistad cada vez más borroso e insostenible.
Era un buen momento para volver a creer en Dios pero esa ausencia ya era irrecuperable también, por su culpa o por otra cosa, no importaba.
Sólo, en el simbólico inframundo de ese bar de cuarta, cruzó sus brazos e hizo un nido para su cabeza. Y las luces se apagaron.

domingo, 3 de octubre de 2010

globo

Lacio y sutil despertar

sin paredes ni límites.

Levito en las alturas

ajeno a todos los miedos.


El universo es sólo mío

hasta que un perfume

encontrado en mi almohada

quiebra el monismo

trayendo la pluralidad,

trayéndola,

y otra vez el caos.


Me levanto para tocar el piso,

para volver al cuerpo

y pienso porqué.


Pienso,


En lo retorcido de no buscar la calma,

de ir primero al huracán

para esperar que termine.

martes, 14 de septiembre de 2010

Raptus nihilista

Cuando tus pasos coordinan

sin darse cuenta

con el verde del semáforo,

con la lista perfectamente aleatoria,

con el viento en la cara,

con las curvas de esas chicas

de sonrisas altruistas,

con los gestos sin palabras,

convidando un cigarrillo

a un extraño que resulta conocido.


En esos minutos de caminar

unas pocas cuadras,

donde al fin sentís

que todo,

absolutamente todo,

te chupa bien un huevo.


Ahí,

te hiciste el día.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Wicked game

La brújula no está rota pero resulta ilegible.

Variación electromagnética que irradia alguien.

Seguro alguien es, o alguien-es (plural).

O aliens que alienan. Por lindos que se yo.


Mejor sería olvidarse del azar, sobre todo

cuando quiere engañar diciendo que puede ser controlado

(ya todos saben que carece de esa facultad).


Para mentira hoy manda la histeria

que no sólo es más divertida,

también es mejor actriz,

al punto de no dejarnos saber

quien le esta mintiendo a quién

o si nos mentimos nosotros mismos,

creyendo ser actores en vez de espectadores.


El tiempo (siempre el tiempo)

borrará tu maquillaje y al final borrará todo,

cuando otra vez el mejor momento sea justo antes.

viernes, 27 de agosto de 2010

Tripeando

Se puso el traje de humano a las apuradas, todavía afectado por la pesada somnolencia de la incómoda siesta. Un torrente de acordes fusionados con los motores, las bocinas y los gritos, soundtrack del cemento, eran combustible para su corazón sobre-exigido. La gente sin cara irrumpía a toda velocidad y se hacía vapor al momento de lo que parecía un impacto fatal. Así, aturdido, como por ósmosis, dirigido por sus instintos deambulaba esa tarde y le pesaba el traje, le pesaba todo.


Lo concreto comenzó a derretirse y era brea multicolor, pero sin gracia ni vida. Olas lentas y rasposas, doblándose desde lo alto, tapando el cielo, queriendo inventar una noche sin estrellas y sin luna. Ya no era noche, era negro ausente plagado de nada que cubría todo, inclusive a él.


El cuerpo apretado, ni los poros podían respirar, y el tiempo también indefinible. No recordó si fue un momento o una eternidad lo que duró hasta que un punto brillante de blanco rompió esa existencia indescifrable y comenzó a expandirse, liberando de a poco su nariz, su cara, el cuerpo todo. El ruido disminuyó hasta el punto de sólo oír la brisa clara rebotando en sus oídos.


Pero ya era tarde.

Él también quería ser vapor.

lunes, 2 de agosto de 2010

Magic Kingdom

A mis amigos, esos maravillosos caballeros de la noche que osan acompañar mi a veces feliz camino hacia las cenizas.


Abundan adagios con aires de puerto

y mil verdades de perogrullo,

bailando entre el humo y los frutos

que desechan su primigenia forma,

mutando en innecesarias excusas

para nuestra ignorante felicidad.


Ribetes de oscura ilusión,

destellos de genialidad.

En este caos de sangre azul,

la magia es sólo una reina más

y como todas, no bastará.


Suena el himno que conmueve

nuestra no tan vana existencia,

como campanas que sacuden

un corazón que homogeniza

para ser todos y ser uno a la vez.


¿Donde empieza la elección

cuando se funde con el instinto?,

¿Dónde se han redactado

las aprehendidas normas

de este ejército lunar?


Perder, a veces no es derrota

cuando hay un digno rival,

más no lo será nunca

si a su lado he de pelear.

lunes, 5 de julio de 2010

Sincronizado

El cielo pesado como nunca,
cae y es uno con el asfalto.
Los edificios se evaden
y todo es gris.

Gris que se multiplica
en los muchos espejismos
que forman este desierto.

Ya poco importan las cosechas,
ricas en frutos
de siembras pretéritas.

Siempre falta algo,
nunca es suficiente.

Debo estar vivo.

sábado, 12 de junio de 2010

City

Ya no veo tu disfraz coqueto, ya no más.
Tus ansias de apeirón que a veces creo,
cuando todo parece surgir en vos,
cuando todo parece querer volver.

El disfraz se hizo carne que muestra tus cicatrices.
Tu idea aterriza sobre vos misma,
y ahora sos cada vez más vos.
Más vos, para mi.
Por suerte.

Hostilidad momentánea
que no opaca, hace lucir
tu esencia hermosa y maldita.

Te conozco de antes y te conoceré,
tantas veces como las que he de volver.
Y siempre sabré que no es cemento
sino tus aires, aquello por lo que siento.

Me duelen los pies de tanto acariciarte.

domingo, 9 de mayo de 2010

Ctrl+Z

Terremotos de escalas infinitas que sacudan este y todos los pisos.

Lluvias eternas que ahoguen las ideas que están y las que van a estar.

Monstruos japoneses de kilómetros de altura que destruyan los palacios.

Un conjunto de plagas que azoten sin piedad toda la existencia.

Bomba atómica y misiles teledirigidos a la extinción de la belleza.

Una omnipotente goma de borrar toda la materia concreta y abstracta.


Todo eso necesito, más todo aquello que no se me ocurre.

Todo eso haría falta, y no alcanzaría.

Cómo un Big Bang, pero a la inversa.


Todo eso.

Y todavía te pensaría.

viernes, 7 de mayo de 2010

Ar, Er, Ir...

Desear, encontrar, probar, disfrutar.

Malestar, dudar, negar, aceptar, dejar.

Olvidar.

Tener, parecer, perder, padecer.

Ver, entender, hacer, merecer, querer.

Ser.

Dirimir, redimir, divertir, aburrir.

Compartir, recibir, vivir, morir, existir.

Repetir.


Entender que no se puede entender
es el fin y es el principio, de otro fin.


Desear, encontrar, probar, disfrutar...

miércoles, 14 de abril de 2010

Amor Aleatorio

Que feliz me hiciste hoy, viejo nuevo amor.
Te escuche al despertar, y la paz no tardó en llegar.
Y cuando creía que nada me haría levantar,
Tu invitación a la ducha, tuve que aceptar.

Medialunas de jamón y queso, mucho café,
Y me acompañaste al trabajo, cantando despacio.
En un sinfín de besos suaves pareció que te despedías.
Pero seguías ahí cada vez que miraba la ventana.
Queríamos tocarnos y disfrutarnos.

El deseo protagonizó la mañana gris,
Que por momentos se volvió eterna.
Pero a la hora señalada, bajé del ascensor y ahí estabas.
Esperando.
No importó si era a mi a quién esperabas.

Te convencí de ir a caminar sin rumbo.
Mientras escuchábamos a Los Alamos,
y cantabas otra cosa igual de hermosa.
Me acariciabas mientras fumaba, siempre tan delicada.

Jugamos con la aleatoriedad de las baldosas flojas,
Con la imposibilidad de reconocer cual me iba a mojar,
Y te reías cada vez que me mojaba.
Te reías claro, porque vos también sos aleatoria,
Porque apareces cuando tenés ganas y yo no,
Yo siempre estoy.

Porque aquella vez que quisiste dejar de ser aleatoria,
Y caíste en Cusco para perdurar,
Casi me arruinas las vacaciones.
Casi no nos volvemos a amar.
Hasta te quise cambiar por otra, recuerdo,
otra que por suerte no me supo merecer.

Pero acá estamos, juntos de vuelta.
Juntos cuando tenés ganas, claro.
Riéndonos de cómo me mojo con las baldosas flojas,
Que son aleatorias cómo vos,
Que son aleatorias por vos.

domingo, 11 de abril de 2010

Juguetes perdidos (en otra dimensión)

Día raro hoy.
Tan distinto de ayer.
Universo tangente, aislado, único en su galaxia.
Universo ajeno e impropio.

¿Todo tuyo?, Nada mío.

Día raro hoy.
Más frío que ayer.
Acá no hay sol, ni soles.
Los tuyos no existieron jamás.

Vacío y oscuridad.

No hay tiempo, sólo las circunstancias de ayer y hoy.
Este instante es más de ayer que de hoy.
Más de ayer, más de vos, nada mío.

Juego con los juguetes ni siquiera prestados.
Encontrados, tal vez.
Pero no es este un universo lúdico cómo aquel.
Aquí entretiene lo que no se tiene.
Pero no es este un universo fácil cómo aquel.
Aquí no hay dioses, ni ángeles.
No existen letras, ni alientos dulces.

No están las puertas para volver.
Aquí todo es uno y uno es todo.
Salvo yo, ausente y distinto.
Y mi cabeza, hundida en ayer.

viernes, 2 de abril de 2010

Uno, cinco, dos.

Ensalada sonora, mezcla de buses, taladros e insatisfacciones, algunas más industriales, otras más humanas.
El colectivo, Lo colectivo. Parecen todos ajenos a su individualidad, ensimismados ad honorem en uniformes que se baten a duelo con la belleza de cada uno. Incluso algunas de ellas pierden (en realidad todas pierden), escondiendo un mayor o menor porcentaje de su gracia.

El tibio sudor, los ojos bien abiertos y atentos esperando que se abran las puertas de lo usualmente invisible.
Se enciende el proyector a plena luz del día. Proyecta vida en diapositivas.
Aún no sé de que lado estoy, pero de pronto todo es tan perfecto, tan quieto y gratuito.
Todo avanza inmóvil mostrándome paisajes de cemento histórico, que hoy es demasiado mío como no sabía que podía ser.

Pocos saben que es de ellos también.

martes, 2 de marzo de 2010

La metamorfosis

Punto rojo en mi ojo. Nadie lo llamó pero ahí esta. Un punto rojo en mi ojo izquierdo. Su origen es desconocido, aunque susceptible de varias hipótesis (ninguna científica):

Hipótesis 1: Es la génesis de una nueva pupila que me permitirá ver lo que sucede en el infierno.

Hipótesis 2: Se trata de una frutilla ocular, postre favorito de los come ojos yugoslavos (deberé evitar entonces visitar cualquiera de los países de la ex Yugoslavia).

Hipótesis 3: El vestido rojo de la profesora de filosofía dejo su firma luego de tantas horas de inspeccionarlo exhaustivamente.

Hipótesis 4: Es ira acumulada.

Hipótesis 5: Tanta imagen desagradable, tanta cosa fea que pasa en el mundo y te entra por la vista determino que a mi ojo izquierdo le explote el corazón (esto se funda en que el punto rojo es en mi ojo izquierdo y no en el derecho).


Ojo rojo todo. Cómo un hijo de Marte que me mira en el espejo, con el tiempo el ojo se volvió todo rojo. Fui descartando hipótesis. Encontré en Google fotos de frutillas oculares y no son ni parecidas. Si hubiera sido el vestido rojo, no se explica cómo antes no se me tatuaron los ojos verdes de mi otro amor no correspondido. “El corazón de la vista no explota, simplemente, porque no existe” (me dijeron en el hospital italiano). Últimamente no estoy tan iracundo cómo de costumbre. No veo nada parecido al infierno. Quizás ya estemos en él. Por el contrario cada vez que cierro mi ojo derecho todo parece más agradable, más suave, más bello.


No sólo rojo el ojo. Parezco una manzana acaramelada gigante, con rulos en vez de pochoclos. No tan brilloso es verdad, pero bastante parecido. Me da vergüenza salir a la calle. Hace una semana que estoy encerrado en el departamento. Escribo cartas de amor para todas las mujeres con las que estuve. En realidad escribo cartas para todo el mundo, para mis amigos, mis familiares, gente que conocí que me cae bien. A aquellos con los que alguna vez me pelee o les hice algo feo les escribo pidiéndoles disculpas. Veo tele y pese a las malas noticias soy optimista y creo que en algún momento todo va a cambiar, los políticos se van a dar cuenta que si nos va bien a todos les va mejor a ellos, que la guerra no sirve para nada y cosas por el estilo. Veo películas románticas y lloro. Escucho a Norah Jones y lloro. Lloro mucho, por cualquier pavada lloro. Pero de felicidad. También estoy cocinando mucho y no entiendo todavía porque, pero cada nueva comida que hago parece ser la mas rica que probé en mi vida. Puse unas plantas en el balcón y están creciendo a pasos agigantados. A ellas también las quiero.


Un tiempo largo después... 3 meses, ponele.


Todo rojo. De pronto mi cuerpo se extendió por completo. Me esparcí primero por el departamento, pintando todo de mi color. Después el edificio, las calles, los otros edificios. Me metí en todas las personas. Hasta el más hijo de puta parecía tener algo bueno. En un momento pensé que me había transformado en una representación viva de la pasión, pero no. Creí que era todo amor. Que yo era la encarnación del amor. Con el tiempo me di cuenta que no era.


Que todo estuviera tan cercano a la belleza, a la perfección, empezó a molestarme. Mucho. No podía soportarlo, al punto de que me lastimaba. No entendía porqué el mundo sonreía, porqué podían hacerlo habiendo tantas cosas que estaban mal. En ese momento creía que pensar esas cosas quizás se debiera a algún atisbo de humanidad que permanecía en mi. No, tampóco era eso.


Pasaban los días y empecé a sospechar lo peor. Había empezado a abusar del hecho de estar en todas las cosas. Las rompía por dentro, clavaba uñas en el corazón de las personas o metía ideas terribles en sus cabezas.

No lo creía, pero todo apuntaba a una dirección. Si aquello que antes consideraba bello hoy me parecía tan horrible, me generaba tantas ganas de destruirlo, no quedaba más opción.


No termine de creerlo hasta que Él se presento. Y con toda su omnipotencia en un segundo me explicó todo.


Efectivamente amigos, creanme cuando les hablo. Me he convertido en el Diablo.

sábado, 27 de febrero de 2010

Lo lógico es estar loco

Anarquista sentimental, fabricante inhabilitado.

Cuantas atribuciones que no me corresponden me ando tomando.

Produciendo melancolías, recuerdos pasados y futuros que nunca existieron ni existirán.

Todo con la excusa de un par de ojos, que probablemente, tampoco existan.

Esos ojos ya no son tuyos, son de todas o de ninguna.

Sólo estuvieron ahí de casualidad para arrojarle migajas a mi apetencia romántica que necesitaba (y seguirá necesitando) un banquete entero.

Como un oxímoron viviente en cada acto y en cada idea encuentro la semilla de la contradicción. Y es lógico. Lo lógico es estar loco.

Todo es tan raro, tan incomprensible, con vos, con todas, con el mundo, que la contradicción constante, la no afirmación total es la única vía hacia la calma.

Por eso existís y dejas de existir, y eso me importa y no me importa.

Me duele y me reconforta, ser dominador y dominado.

Por eso te espero y ya me hinchaste las pelotas.

Son certeras las dudas y dudosas las certezas, o al revés o las dos.

Es todo eso y también es nada. Heráclito, chocho.

lunes, 8 de febrero de 2010

10 días en Cusco

Pasillos estrechos con frustradas intenciones de sofocarme.
El valle libera, sin pedir permiso.
Sostienen la ciudad piedras inmensas, en muros infranqueables, en el suelo que parece más firme que lo habitual.
Los fantasmas, la mística, vencidos se dejaron seducir por las luces de occidente.

Motivos de agobio, varios.
La exagerada amabilidad nativa.
La lluvia eterna (que ya no inspira) y lastima también a las paredes de barro.
Nuestras ilusiones truncas de concretar la quidditas del viaje.

Plan B inobjetable, incancelable, el cómodo y atractivo reino de la luna.
Guitarras bilingües, efluvios artísticos (algunos verdaderamente fructíferos).
Aromas y sabores que alimentan el espíritu.
Dionisio juega de local también en Cusco.

El sopor final radica en lo extenso de la estadía.
Las voces del callejón se vaciaron.
¡Che, argentino boludo!
¡Compreme el gorro de alpaca, los cigarrettes o el poncho!
Los transas se multiplican como bacterias.
Porro, faso, cogollo, flor, canuto, coquita, hongos.
Amigo hagase un masaje, son 20 soles (no, no happy ending massage).
Y comerciando Ray Bans y relojes Armani en la Plaza de Armas ya se agotó la magia.
Ya no es pintoresco.
Y encima no estás.

miércoles, 30 de diciembre de 2009

Die Welle

La ola acomete violenta, pareciera buscar la destrucción. Pareciera, pero no.
En realidad, nada completa más a La Ola que aquél que logra andarla.
Entiende ella que es imposible dominarla, quizás porqué (raro esto) La Ola tiene conciencia de su imperturbable independencia. No obstante, es dadivosa hacia aquellos que lo intentan. Ni hablar de aquellos cuyo esfuerzo, estima La Ola, son merecedores de un viaje más largo, enriquecedor.
Tarde o temprano la ecuación es lo que tiene que ser.
La aleatoriedad, Don Hume, métasela en el culo.
Quién dio, recibirá.
Y quién pese a explotar sus posibilidades sucumbió ante el indomable fracaso, no sentirá tan duro el impacto con las rocas. Se emblandecerán.

domingo, 22 de noviembre de 2009

Un tipo en un bar

Salió del trabajo a las cuatro con la cabeza atrofiada de nuevos y viejos clientes, de clientes buenos, malos (¿hay clientes malos? Si hay), clientes que pagan y de los que hay que perseguir para que paguen. Durante toda la mañana había llovido en Buenos Aires, el sol ahora brillaba sin la censura de las nubes y el calor en microcentro no era ni siquiera calor, era viscosidad con uno mismo, con la ropa, con cualquier cosa que se tocara. Tenía que hacer tiempo hasta las seis menos cuarto para darle unos papeles a un compañero de la oficina que lo iba a cubrir el fin de semana. Se iba a Mar del Plata con amigos. Pensó en cerveza, por el calor, y amagó con ir al bar que iba todos los jueves después del laburo. Pero se acordó que ahí no había aire acondicionado y lo descartó. Por la zona estaba un barcito en una esquina, de esos barcitos que parecen haberse quedado en el tiempo con las mismas sillas y mesas cuadradas de madera, de toda la vida. Esos barcitos que abundan en las esquinas de Buenos Aires, que parecen existir para que los tipos que están solos (cómo estaba él) vayan a tomar un café para hacer tiempo, para comer un bife con ensalada al mediodía. O una milanesa a caballo.
“SALÓN PARA FUMADORES CON AIRE ACONDICIONADO”, eso necesitaba y a eso fue. El bar, claro, estaba lleno de tipos solos tomando café. La excepción a la regla eran dos viejas tomando el té y comiendo una pastafrola que se veía horrible, como de plástico.
Se sentó en el rincón junto a la ventana, dándole la espalda a casi todo el salón. Igualmente veía lo que sucedía tras él porque la pared era un inmenso espejo. Llamó al mozo y le pidió un café en jarrito, sólo. El ruido industrial de la maquina de café le recordó películas de ciencia ficción de su infancia. Llegó el café. Abrió un sobre de azúcar que tenía la leyenda: “Cada uno ve lo que quiere ver”. Pensaba en el tipo que escribía esas frases, que vivía de poner esas frases en un sobrecito de azúcar. Creía que era un buen trabajo, mejor que el de él al menos. Casi inmediatamente pareció arrepentirse de haber elegido ese lugar (el rincón), pero antes de levantarse vio en el espejo que no había otra mesa libre. Odiaba mirarse en los espejos. Le molestaba el reflejo, lo que veía. De alguna manera rara y casi patológica sentía que aquél no era él, que era otro tipo que intentaba imitarlo desde una dimensión alternativa.
Riéndose de si mismo y para pasar el tiempo, por mero instinto lúdico y experimental, estableció que su reflejo iba a ser efectivamente un tipo de otra dimensión (es increíble lo que puede estar pensando un tipo sólo en un bar). En realidad, creyó haber decidido algo pero lo cierto es que el juego derivó casi inconscientemente. Así estuvo durante varios minutos mirando de reojo al imitador. Levantando los hombros, jugando con las manos, con la cuchara.

Puta madre, hace por lo menos media hora que el tipo sigue haciéndolo. No para. Cada vez que levanto los ojos ahí esta, mirándome fijo. Otra vez alzo la mano izquierda para rascarme la barba y al instante el alza su mano derecha haciendo lo mismo. Giro la cabeza para ver quien pasa por la calle y el tipo hace lo mismo (Que piernas tiene esa mujer por Dios…). Bueno, parece que al menos no me quiere levantar dada la forma en que se fijó en la rubia. Una mirada exageradamente libidinosa, sucia. Me repugna un poco (¿yo me repugno?). Su presencia ya me esta molestando demasiado. Esta sensación de incomodidad se parece a estar sentado en el colectivo en esos asientos que están enfrentados a todos los demás, mirando hacia el fondo del bondi. Sumado a que me produce mareos (y conozco a varios que les pasa lo mismo), me tengo que bancar una avalancha de ojos mirando para donde estoy. Sé que no me miran a mi precisamente, pero están mirando para ahí, para adelante, pareciera que tirando rayos por los ojos, rayos que pasan cerca y que se esmeran en demostrarme fehacientemente que voy en contra de su mundo, que tendría que estar mirando para otro lado, que tengo que darme vuelta. Y cuesta tanto encontrar un hueco disponible para posar mi vista, alguna cosa sin vida, un pedazo de plástico que miente ser madera, todo es un caos de miradas y un rayo no puede chocar con otro porque eso implicaría mirar a los ojos de cualquiera y ahí perdí, algo perdí. La intimidad capaz, mi fuero intimo que se quiebra ante una mirada intrusa. O no. Si a nadie le importa un carajo de nadie, que manera de pensar al pedo. ¿Que hora será? (eran las 5 y 10). Que garrón estar sólo en un bar.

-Disculpá, ¿tenés fuego?

Creyó oír a su reflejo que le pedía fuego. Se preocupó por su salud mental (oír cosas no estaba incluido en las normas de su jueguito experimental del espejo). Debe ser este calor de mierda, pensó. Trató de divagar con otra cosa. El viaje a Mar del Plata.

-Ey, flaco… ¿tenés fuego?

(Ah, bueno. Estoy absolutamente desquiciado. ¿Que es esto? Ahora me hablan los espejos, la que me faltaba).

¡Mozo!, gritó el tipo del espejo y levanto el cigarrillo con una mano y con la otra hizo un gesto como de prender un encendedor.

Para, toma, acá tengo fuego.

Sacó el encendedor del bolsillo derecho, estiro el brazo y el encendedor golpeó contra el espejo. Rápidamente puso el encendedor sobre la mesa, casi sonrojado, avergonzado por que alguien lo hubiese visto intentando darse a fuego a si mismo. Vio en el espejo que el mozo se acercaba e imaginó que vendría a cobrarle. Sacó la billetera y giró a la izquierda preguntando cuanto era. Pero no había nadie. Del otro lado del espejo un mozo (que no era el mismo que lo había atendido) le daba fuego a un tipo que tenía exactamente el mismo traje que él, una corbata bastante parecida, un peinado similar, pero viendo bien, no era él. Sonrió. Tomó el encendedor, saco un cigarrillo y lo encendió.

-Shhh, ey… ¡flaco!, ¿No ves el cartel?, ¡El sector fumadores es del otro lado del vidrio!, le advirtió el mozo que lo había atendido.

El aire acondicionado también estaba del otro lado del vidrio. Con razón ahí hacía tanto calor.