miércoles, 30 de diciembre de 2009

Die Welle

La ola acomete violenta, pareciera buscar la destrucción. Pareciera, pero no.
En realidad, nada completa más a La Ola que aquél que logra andarla.
Entiende ella que es imposible dominarla, quizás porqué (raro esto) La Ola tiene conciencia de su imperturbable independencia. No obstante, es dadivosa hacia aquellos que lo intentan. Ni hablar de aquellos cuyo esfuerzo, estima La Ola, son merecedores de un viaje más largo, enriquecedor.
Tarde o temprano la ecuación es lo que tiene que ser.
La aleatoriedad, Don Hume, métasela en el culo.
Quién dio, recibirá.
Y quién pese a explotar sus posibilidades sucumbió ante el indomable fracaso, no sentirá tan duro el impacto con las rocas. Se emblandecerán.

1 comentario:

Anónimo dijo...

sí, me gusta como escribís. Y la música del blog también.
feliz fin de año:)